Había llegado a Pasto después de una larga estadía en Cali, mi hogar, un semestre lleno de muchisimos, muchisimos, pero muchisimos altibajos, cosas que para muchas personas pueden parecer simples y rutinarias, como terminar un amor de verdad, por retomar algo, en mi causaron cierta cantidad de momentos realmente incómodos, pero en fin... (Nota mental: recuerdenme escribir sobre lo que acabo de mencionar, concretamente, el movido semestre que acaba de terminar)
La historia de estas entrada, se basa en mi, en una anécdota muy particular, como aquellas que suelen sucederme a mi, como lo decía, llegaba a Pasto, a disfrutar de mis no muy merecidas vacaciones, y como se ha vuelto rutinario, debía retomar mi tratamiento de ortodoncia, y feliz y contento, partí hacia aquel consultorio a recibir el mismo tratamiento de siempre: Llegar veinte minutos antes de la hora pactada para la cita, esperar dos o mas horas, para luego simplemente decir "Hola Lina", ser respondido con un "Que grandote que estas, como están tus papas?" dar la sonrisa de agradecimiento adecuada, responder con el típico "bien", decidirme por el típico color negro de mis módulos de elástico, y partir, con una sonrisa en el rostro y con un frío brutal, y bien, así fue, aquel Martes, todo lo anteriormente descrito había sido cumplido a cabalidad, a excepción de un pequeño detalle, una de mis piezas dentales, se resistía al orden natural, y no quería salir hacia este mundo, así que Lina, mi ontodogola de cabecera, recomendó me hiciese una valoración con el Dr Miguel, para una pequeña cirugía.
Todo aquí empieza a ponerse un poco mas turbio, asistí a la valoración que me recomendaron, de ahí, tuve que que obtener una radiografia de mi mandíbula, enviarla de nuevo al consultorio, y simplemente esperar la llamada que negaría o para mi infortunio, confirmaría la necesidad de una cirugía, y si... Así fue, me confirmaron, antes que todo el valor de aquella cirugía, y el día, y la hora, a la que seria realizada...
Bien, tuve un día de "preparación", al fin y al cabo no estaba tan preocupado, 3 años atrás (que puta valor tan asqueroso!) pase por una cirugía de extracción de cordales, ahora sabia que era una cirugía mucho menor, y no habría de que preocuparse... (que gran error...)
Aquel Viernes, además, había quedado en encontrarme con aquella amiga, aquella jugadora de baloncesto, y aquella atleta, aquella niña de la risa contagiosa, y de comedido tamaño, así era, "La Vane" como la llamo cariñosamente, era mi acompañante "programada" para aquel Viernes, pero recordé que también, la misma descripción, pero de un no tan comedido tamaño, se encontraba en la ciudad, así que con prontitud, llame a "Paulita" otra de mis muy buenas amigas, de mi época escolar.... Y así fue, nos encontramos en el centro comercial galerías, en la calle (o carrera, no me ubico) 26, rondando las 3 de la tarde, así que bien, había que desperdiciar algo de tiempo, ellas ya sabían que yo tenia programada aquella cirugía, así que decidimos tomarnos algo en un café primero, y luego, recordé la recomendación de la enfermera asistente del cirujano "vas a tener cierta incomodidad para comer, así que el día de la cirugía, come lo que mas puedas" y bien, ni corto ni perezoso, eso hice, un delicioso emparedado de La Merced, en su sucursal de Alkosto centro, y un par de almojabanas para mis acompañantes, claro esta, que el "antojo" "les pudo" (jajaja), y no resisitieron a probar mi delicioso emparedado... Así paso el tiempo, entre recochas por ciertas actitudes, y jajajaj, de hecho mas recochas hacia cierta persona, azúcar, algo de maracuya, y al parecer la altura afectando, nos proporcionaron a Vanessa y a mi, una gran cantidad de risas... (ya sabrán quien fue el motivo de esas risas...)
Pero bien, sentados en aquel consultorio, esperando por mas de una hora, el sueño nos ataco y ciertos instintos de protección y necesidad de cariño, llegaron, para ver, el cuerpo de una mujer de 19 años, ser consentido, como una bebe de 4 meses... Hasta que por fin, el llamado de seguir hacia aquel frío consultorio (en realidad todo Pasto es helado), fue el detonante, una película de Mr Bean, fue el acompañante a mis acompañantes...
Verme allí sentado, en la misma posición en la que hace 3 años, me había dejado un par de hermosas y protuberantes mejillas por mas de un mes, puso una sonrisa muy nerviosa en mi mente, tanto, que olvide que ya había crecido y le pedí al Dr, anestesia topica, para aminorar el dolor de la inyección a lo que el respondió "Ya estas viejo!!" aplicando la primera gran dosis de anestesia en mi boca... Veo como ese trozo de tela quiere cubrir mis ojos, aun así dejando el espacio justo para ver las nada agradables herramientas entrando en mi boca.
Pero bien, la cirugía termino bastante bien, e incluso, practicamente sin dolor, y una sonrisa se dibujaba en mi cara (claro, eso creía yo), me despedi de el Dr, y al querer pronunciar aquellas protocolicas palabras de "Muchas gracias Dr, hasta luego" note que todo cambiaria apartir de ese momento... Me apresure a escribir a mi padre, pidiendo me recoga, al fin y al cabo era tarde ya, y debíamos ir a dejar a sus casas a mis queridisimas y apropiadas acompañantes...
Intente salir con toda la normalidad de el mundo, pero al ver, el rostro picaramente sonriente de mi madre, mirando a mis amigas, me limite a decir "no quiedo escuchad nada!!" palabras que fueron respondidas por las mas fuertes carcajadas escuchadas alguna vez en un consultorio medico... Y así fue, recorriendo el camino desde el centro de la ciudad, hasta las afueras, ver estas dos señoritas, riéndose de mi condición, e inevitablemente contagiandome esas risas, me dieron la energía suficiente para así poder soportar el dolor, que aun hoy, una semana después, me aqueja... Así que muchas gracias, Pauli y Vane, amigas como ustedes son invaluables... Y agradezcan que no escribí detalles! Jajaaja...
Y a los que esperaban foto pues... PAILA!... O mejor si.. Estas noches he tenido cierto insomnio doloroso, que me ha permitido crear algunas fotos (muy pocas) de larga exposición, y aquí mostrare un par! GRACIAS!
