12 de diciembre de 2011

Hermosa compañia, triste y alocado viaje!



Y si, al parecer tengo cierta maldición, rezo o brujería que hace que mis viajes a mi hogar mi hogar en la época final del año (Diciembre para ser mas exactos,) sean un poco particulares y por demás bastante largos, ya el año pasado vimos la particular travesía que tuve que pasar con mi hermano, aquella vez vía aérea, y hoy, hoy queridos lectores (jajajaj que bien se siente escribir eso! :P ) les daré a ustedes la que podría ser la secuela de aquella travesía...

Son las 6 am de el Sábado 10 de Diciembre de 2011, yo despierto en el frió de una mañana Caleña, me baño, me alisto, empaco mis gatos, y espero a que sean casi las 9 am, me despido de mis dos compañeros Davicho y Charanga, y tomo rumbo, mi gigantesco morral, uno un poco mas pequeño, y un guacal con dos gatos, así, llego a unicentro, y tomo un taxi, (por demás particular, un muy folclórico taxista Caleño) emprendo rumbo hacia el Barrio San Fernando, buscando recoger a mi novia, llego allí, ella sube, se despide de su hermana y su sobrino y de nuevo, tomamos camino, esta vez, hacia el terminal, pasando por el insoportable ambiente de el centro de la ciudad, para por fin, arribar a otro insoportable lugar, el terminal.

Siendo las 9:30 aproximadamente, aquí todo empieza a ponerse un poco mas... Interesante tal vez sea la palabra adecuada, al ver un pequeño grupo de policías y militares a la entrada, me preparo psicológicamente para enseñar mi cédula y libreta militar, pero al parecer, pudo mas la bella compañía de mi novia y no fui requerido por estos personajes... Llegamos al tercer piso, buscamos, preguntamos y el resultado fue el mismo, hacia La Unión, no había viajes y mucho menos tiquetes... Vale la pena recalcar que la idea original de aquel día era que mi novia salga hacia La Unión y minutos mas tarde, irme yo hacia la ciudad de Pasto...

Pero no todo era tan triste, una opción se vislumbro así que corrí hacia el segundo piso dejando sola a mi novia con el "maleterio" que cada uno de nosotros llevábamos, una vez allí, todo fue mas triste, en ningún lado había viaje hacia La Unión. Subo a encontrarme de nuevo con ella, y le quiero transmitir la única opción que me habían dado, coincidencialmente, la misma que a ella, viajaríamos a Popayan y de ahí, buscaríamos un bus hacia La Unión, y yo tomaría otro hacia Pasto, y así fue, un par de tiquetes hacia Popayan y nos encontrábamos a bordo de un MINÚSCULO Y CALUROSO bus de la empresa Expresso Palmira (ECO para los amigos), esperamos algunos minutos y arrancamos, si, arrancamos para luego de 10 segundos, quedarnos detenidos por que el motor de aquel bus se apagaba, el chofer inmediatamente lo arranca de nuevo y este se detiene después de pocos segundos... Esta rutina se repite al menos 6 veces, desatando así la ira de una de nuestras acompañantes, quien termina por bajarse de este bus, (siendo en realidad, la única persona inteligente, al parecer olio lo que nos venia pierna arriba) y así, continuamos nuestra travesía con este mismo problema, que por momentos parecía solucionado, saliendo así de la ciudad de Cali, casi una hora después. Hacemos la ultima parada en el "terminalito" del sur, recogemos algunos pasajeros, y emprendemos por fin el viaje hacia Popayan, pasamos Jamundi, y justo, justo antes de el peaje de villa rica nos encontramos justo en frente de un reten de policía en el que lastimosamente, tuvimos que ser detenidos...

Nuestro conductor (por demás grosero y alterable) le pide de una "calmada" manera al policía de transito que evite detenernos por mucho tiempo ya que nuestro bus estaba presentando fallas, solicitud que es obviada por aquel agente...

Y aquí, AQUÍ GENTE es donde todo, empieza a ponerse MUY TRISTE o tal vez muy cómico, gracias a las risas de mi querida chica... Las fallas de aquel pequeño motor Diesel volvieron a aparecer, y un viaje que tenia un promedio de 80km/h de velocidad se convirtió en un lento promedio de 5-7Km/h durante el trayecto que comunica el citado peaje con la cabecera municipal de el municipio de Santander de Quilichao, lo que yo calcularia son unos 30 km (seguramente menos, pero parecieron eternos!)...

La combinacion de esa irrisoria velocidad, el típico sol mañanero de mi Valle del Cauca y la total ausencia de un sistema de aire acondicionado, terminaron por subir abrumadoramente la temperatura al interior de este pequeño bus, la gente empieza a molestarse, algunos furibundos buscan y exigen una solución (sinceramente, si yo hubiese estando viajando solo, habría sido el primero en hacer algo similar, pero la agradable compañía no me dejaba mas opción que sonreír...), solución que el conductor con sus actos alejaba, siendo grosero y en el peor de los casos en el momento en que enciende un cigarro dentro de el bus, desatando una pequeña furia dentro de mi, que esta vez, no pude controlar, hablando muy seriamente con el ayudante y exigiendole que apague el cigarro, claro, para no empeorar la situación.

Pasan algunos minutos, algunos de los pasajeros piden cambio de bus, un señor enfermo, una señora muy carismática y una hermosa pareja con un par de gatos en la primera banca...

Hasta que por fin, la impaciencia, fatiga y la particular imprudencia de mi querido primo al llamarle, para averigüar sobre el ultimo viaje que sale de la ciudad de Popayan hacia La Unión, ahh y claro, las llamadas preocupadas de mis padres, hacen que me decida y en el momento en que vi el reflejo de otro bus de la misma empresa en el parabrisas de el bus, decidí que los siguientes en abandonar aquel defectuoso bus, seriamos nosotros y así fue, envié a mi novia a buscar puesto en el otro bus, y fui por las maletas... Pero Oh sorpresa cuando después de guardar las maletas en la bodega, emprendo camino hacia el bus y en la misma puerta me encuentro con ella, ella y miles de personas mas (ok, no eran miles, pero si era una densidad poblacional bastante alta), así que, de nuevo a armarse de paciencia y equilibrio para soportar el poco camino que quedaba hasta Santander de Quilichao, esperando que encontrásemos un puesto, afortunadamente una generosa dama nos anuncia que dentro de poco se bajaría de el bus y nos cede su puesto, situación que genera una particular pero de alguna manera agradable y cómoda posición, debajo de mis piernas nuestros dos morrales, me siento yo, en mi regazo mi chica y en el suyo, mis gatos, apretados, acalorados, de nuevo apretados!, pero sentados y a una velocidad bastante mas aceptable.

Seguimos nuestro camino, un poco preocupados por nuestro compañero de asiento, quien se encontraba sumido en un profundo sueño, generando, sinceramente, una profunda envidia de mi parte, añoraba poder dormir un poco en ese momento, pero aquí, pasa otra de esas cosas que aunque no tengas presente siempre, jamas vas a poder olvidar... Llegamos al municipio de Piendamo, hacemos la típica parada de descenso y ascenso de pasajeros, lo que conlleva también a la típica cantidad de vendedores ambulantes que perturban (aun mas) el ambiente de estos pequeños buses, hasta ahí, todo normal, pero... La situación se torna bastante RARA, en las escaleras de acceso a ese pequeño bus, se va vislumbrando una oscura figura, grande y con una pacifica (dícese de la región pacifica Colombiana) voz, ofreciendo unas galletas a los que allí nos encontrábamos, pero todo mi mundo, y supongo que el de mi novia también, se pone frió y se detiene en ese místico instante cuando el, sin habernos visto jamas en su vida, en un bus en el que no deberíamos ir, y en un viaje para nada común, suelta la siguiente frase de su boca, mirándonos directamente a los ojos y ofreciéndonos su producto, "Compra la galleta, llevala MARCELA!"

...

No sabia si reír o asustarme, me pregunto como aquel nichesito podía conocerla, le pregunto comicamente a ella de donde lo conoce, pero todo toma un poco de sentido cuando al pasar hacia la siguiente banca, llama a una señora por nombre de hombre, todo parecía ser una simple coincidencia, aun así, reímos nerviosamente por aquel episodio por algunos minutos mas, hasta que lo olvidamos temporalmente, principalmente por que el tiempo aun nos aquejaba, (el bus hacia La Unión salia a las 2:30 de la ciudad de Popayan y eran casi las 2 de la tarde, encontrándonos aun en viaje).

Los minutos pasaban y algunos pasajeros se bajaron, logramos conseguir dos puestos juntos y mi novia se dispone a dormir, (tan raro) sueño que se prolonga hasta entrada la ciudad de Popayan, sentimiento que me regalo un poco de tranquilidad, habíamos llegado a tiempo a aquella ciudad, le comunico la noticia a mi novia y ella despierta feliz. Una vez en la terminal, a ella le correspondía ir a buscar el tiquete hacia La Unión, y yo, una vez mas, me encargaría de las maletas...

Pero o "gratisima" sorpresa cuando al encontrarme con ella en la taquilla, nos dan la triste noticia, ya no hay ningún tiquete hacia La Unión, la situación era cada vez mas triste, estábamos barados en una ciudad completamente ajena para los dos, (además de lluviosa siempre), el dinero al parecer escaseaba y el tiempo pasaba... Pero afortunadamente al reunirnos una cantidad apreciable de pasajeros, logramos ser asignados (de alguna turbulenta manera que aun no comprendo) a una pequeña camioneta Kia Carnival Diesel.

En su orden, un conductor cansado por llevar mas de 10 horas manejando, a su lado, uno de los mas particulares personajes, en lo corto de el viaje que estuvo acompañandonos, no dejo de hablar y de hacernos reír ni un solo momento con su particular acento y forma de expresarse, a su lado de nuevo, en la fila de el conductor, Alvaro Pabon, un conocido Venteño que termino reconociendome y ayudandonos al final de el viaje, en la siguiente fila, una callada y muy nerviosa señora que solo nos acompaño hasta Mercaderes, (que a propósito, todos notamos que ella no pago su pasaje, pero haberla delatado era igual a alargar mucho mas nuestro viaje, así que...), una linda pareja iba a su lado, dormía profundamente una bella dama, mientras su novio (yo) intentaba olvidarse de el cansancio y hablar un poco con los demás pasajeros.
Siguiente fila, una amiga de Alvaro Pabon, también muy callada y un par de amigos, entre los que se encontraba un vecino de el barrio de mi novia. (pa que no digan que en La Unión no se conoce a la gente)

El viaje transcurre normalmente, con la tranquilidad de estar por fin viajando a nuestro destino (cabe anotar que después de tanto, y al enterarme que mi abuela se encontraba en La Unión y viajaría al día siguiente hacia Pasto, decidí también viajar hacia La Unión), entre las miles y miles de gotas de lluvia que caían aquella tarde, una pequeña parada en el municipio de el  bordo para que nuestro conductor comprase algo y una mas en el pueblo "Patia", mas exactamente en el local donde se ubica "El kumis de Gilma" el antojo por kumis de el patia era mayoritario, se compra, se disfruta y emprendemos camino de nuevo...

Una vez nos encontrábamos en Mojarras, aproveche que mi novia había despertado y queriendo evadir las características curvas entre esa localidad y el municipio de Mercaderes, me dispongo a "dormir" un momento, en realidad quería evitar la maldición que alguien me punió a marearme en ese pequeño tramo, y por lo cual, hace mas de 4 años no usaba esa vía.

Llegamos al municipio de Mercaderes, se baja una de las pasajeras y de nuevo mi chica se dispone a dormir esta vez, mucho mas cómoda, así que este tramo se hace mucho mas calmado...

Y así, siendo aproximadamente las 7:30pm nos encontramos subiendo nuestras maletas una vez mas, esta vez, aprovechando la generosidad de el ya nombrado Avaro, quien nos lleva a nuestras respectivas casas en su carro.

Así es, un poco menos elevado (por aquello que fue vía terrestre y no aérea) y seguramente un poco menos costoso, pero así, por fin al día siguiente logre llegar sin novedad alguna a Pasto a verme con mi familia.


  1. Esta vez agradezco solo a ti querida "Marze Tapia" por ser una hermosa compañía :).

2 comentarios:

  1. jajajajajajajajajajajajajajajaja a Ese niche O.o jamas lo olvidareeee
    y que viajeee xD

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Comenteeen, jajaja, Se sabe que piensan de este vago!